Es necesario cultivar y practicar hábitos saludables que desarrollen tu inteligencia emocional con el tiempo. A continuación, cuatro de ellos, según lo expresado por el experto Nick Wignall:
1. Deja pasar los pensamientos inútiles, déjalos que sigan su camino.
Si deseas volverte más inteligente emocionalmente, inicia con un régimen de entrenamiento para ejercitar tu “músculo para no pensar”.
-Practica dejar de lado los pensamientos que no te ayudan, incluso si son verdaderos.
-Ejercita tu capacidad para reenfocar tu atención, en lugar de dejarla vagar por donde le plazca.
-Esfuérzate por ser consciente de tus pensamientos sin pensar más en ellos.
"Pensar demasiado es una enfermedad". - Fyodor Dostoyevsky
2. Acepta las emociones dolorosas.
Cuando intentas escapar de los sentimientos dolorosos, le enseñas a tu cerebro que es peligroso sentirse mal, lo que solo te hace sentir peor.
Las personas emocionalmente inteligentes comprenden que el hecho de que algo se sienta mal no significa que sea malo: Las personas emocionalmente inteligentes se entrenan para reaccionar a las emociones dolorosas con aceptación, no con evitación.
"El dolor emocional no puede matarte, pero huir de él sí puede hacerlo". - Vironika Tugaleva
3. Maneja tus propios errores con compasión.
Ser autocrítico después de un error se siente productivo porque sientes que estás haciendo algo al respecto. Pero ese hábito de diálogo interno negativo es desastroso a largo plazo porque te mantiene sintiéndote ansioso, inseguro y lleno de dudas sobre ti mismo.
Si deseas volverte más inteligente emocionalmente, debes evitar la trampa de la autocrítica despiadada.
En lugar de castigarte después de un error como una forma falsa de motivación, prueba esto:
-Reconoce el error por lo que es, con su verdadera dimensión.
-Acepta que eres impotente para cambiar el pasado.
-Concéntrate en lo que realmente puedes controlar en el futuro.
“Te has estado criticando a ti mismo durante años y no ha funcionado. Intenta aprobarte y ver qué sucede ". - Louise Hay
4. Elige valores por sobre emociones y sentimientos.
El problema es cuando te acostumbras a tomar decisiones basadas exclusivamente en cómo te sientes:
Si solo aceptas nuevos proyectos en el trabajo cuando te sientes seguro, nunca crecerás y probablemente te perderás algunas oportunidades increíbles.
Si nunca mencionas problemas difíciles a tu cónyuge porque tienes miedo de cómo responderá, esos problemas solo se agravarán y empeorarán.
La clave es ser escéptico de tus sentimientos cuando entren en conflicto con tus valores.
Para convertirte en persona más inteligentes emocionalmente, entrénate para percibir conflictos entre sentimientos y valores. Y luego déjate guiar por tus valores.
“Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad ”. - Viktor Frankl
¿Qué acciones tomarás en tu negocio y en tu vida, en este sentido?
