Las personas que realizan trabajos y proyectos complejos a menudo necesitan algo más que un consejo o un estímulo superficial; necesitan asistencia oportuna y adecuada a sus problemas, y brindarla puede ser un desafío, más aún con el trabajo virtual que se vive a raíz de la pandemia del COVID, sin oportunidades para encuentros fortuitos en una oficina física. Un nivel de ayuda, bien entendido y calibrado, en una organización se correlaciona directamente con un mejor desempeño de los empleados.

Pepe Villacis, Coach.
» Pepe Villacis, Coach.
¿Cómo se puede dar a los subordinados la asistencia que necesitan sin socavar su sentido de autonomía y responsabilidad?
Como punto de partida, sus empleados deben saber que usted está dispuesto a ofrecer ayuda y deben sentirse cómodos pidiéndola. Además, debe tener una comprensión básica de su trabajo y sus desafíos, así como el tiempo y la energía para dar. Además, hay tres estrategias clave para ser un jefe práctico sin microgerencia:

Primera.-Programe (timing) su ayuda sabiamente. Los líderes que son vistos más útiles no intentan adelantarse a cada problema o entrometerse tan pronto como reconocen uno. En cambio, miran y escuchan hasta que creen que sus subordinados ven la necesidad de ayuda y están listos para escuchar receptivamente. Entienden que las personas están más dispuestas a recibir ayuda cuando ya están comprometidos con una tarea o un proyecto y han experimentado sus desafíos de primera mano.

Segunda.-Aclare que su función es ayudar. Debido a que buscar y recibir ayuda puede hacer que las personas se sientan tan vulnerables, los gerentes deben aclarar sus roles cuando intervienen en el trabajo de los empleados. Deben explicar que están ahí para ayudar, no para juzgar o hacerse cargo. Necesitan fomentar la seguridad psicológica, un entorno en el que se fomenten y apoyen los riesgos interpersonales de opinar y equivocarse de buena fe.

EN BREVE/
< ¿Qué es la “Microgerencia” o micro-management? Es cuando los jefes intervienen demasiado en las actividades de sus subordinados, quitan empoderamiento y crean dependencia de la supervisión >
Tercera.-Alinee el ritmo de su participación con las necesidades de las personas. Esto significa asignar tiempo y atención en un patrón que funcione para los receptores, a quieres el líder debe conocer en lo individual. Eso se llama el ritmo de participación, y variará dependiendo de si los empleados necesitan una orientación intensiva a corto plazo o un despeje de caminos intermitente durante un período prolongado.


Apoyo práctico



Los líderes pueden ayudar a sus empleados de manera práctica y significativa, sin ser acusados de microgerencia, si prestan especial atención al tiempo, articulan su función de ayuda desde el principio y ajustan el ritmo de su asistencia a las necesidades de los receptores. Estas pautas son especialmente importantes cuando los equipos están separados físicamente, como lo han sido muchos durante la pandemia en curso. Cuando los trabajadores no están en la misma ubicación, es más probable que los gerentes supervisen con demasiada frecuencia e interrumpan el flujo de sus colegas o pierdan contacto y dejen a los empleados a la deriva. Por lo tanto, ser un gerente sensato en tales situaciones es fundamental; no solo mejora el desempeño de los empleados, sino que también permite que las personas se sientan apoyadas y conectadas.

¿Qué acciones tomarás en tu negocio y en tu vida, en este sentido?