El OEM mexicano de superautos ultraligeros VUHL, inició el diseño y manufactura de overoles, batas y cubrecalzado para el combate contra el COVID-19 en el país, con la finalidad de mitigar diversas contaminaciones biológicas, así como riesgos sanitarios, fabricando material médico bajo los estándares ISO 9000 y AS 9100 con los que cuenta el Centro de Materiales Compuestos.
EN BREVE/
< La compañía que tradicionalmente produce superautos ultraligeros, ahora manufactura de overoles, batas y cubrecalzado para el combate contra el COVID-19 en México. La manufactura del equipo de protección personal se realiza bajo estándares de calidad grado aeroespacial. >

La compañía destinó áreas específicas en su planta de Querétaro, bajo estrictos estándares de aislamiento, protección respiratoria e higiene para arrancar con esta iniciativa que promueve el Equipo de Protección Personal al sector Salud, con una capacidad inicial de 10,000 artículos semanales.


La fabricación de los artículos se lleva a cabo dentro del Clúster Aeroespacial de Querétaro, donde VUHL cuenta con la planta de ensamble y el Centro de Materiales Compuestos Avanzados especializado en la producción de fibra de carbono.

La producción se está realizando en la planta de la VUHL Automotive en Querétaro.
» La producción se está realizando en la planta de la VUHL Automotive en Querétaro.
“Aprovechamos la tecnología de punta en ingeniería y procesos productivos para hacer frente a la alta demanda de insumos de material especializado y así asegurar que el personal médico que se encuentra en la línea de fuego de esta emergencia cuente con las herramientas necesarias.”, declaró Iker Echeverría, director general de VUHL.

La manufactura del equipo de protección personal se realiza bajo estándares de calidad grado aeroespacial; sin embargo, representa todo un reto logístico poder hacer frente a una demanda sin precedentes. Los kits están destinados a hospitales y centros de salud de Querétaro y la Ciudad de México, para inicialmente apoyar a 10,000 médicos y progresivamente aumentar sus capacidades de producción y distribución, hasta alcanzar el límite durante el tiempo que sea necesario para ganar la batalla contra el COVID-19.

El proyecto se coordinó de manera conjunta con más de 45 trabajadores y emprendedores mexicanos que se encuentran en cuatro estados de la República: Querétaro, Ciudad de México, Estado de México y San Luis Potosí.

“Las medidas necesarias de salud y protección para nuestros colaboradores y clientes se tomaron en su momento, pero sentimos la responsabilidad de hacer más”, agregó Guillermo Echeverría.

El departamento de ingeniería, así como el de investigación y desarrollo, estarán enfocados en encontrar soluciones a las necesidades actuales del personal médico. Se precisa que el Centro de Materiales Compuestos regresará a sus actividades normales una vez que la Organización Mundial de la Salud emita una declaración oficial acerca de la recesión de COVID-19 y exista una disminución evidente en la demanda por el equipo de grado quirúrgico que hoy se produce.