Los pasos dados hasta el momento en torno a la Reforma Energética en nuestro país permiten dibujar una curva de aprendizaje para todos los involucrados, con una primera licitación de la Ronda Uno que dejó lecciones para las autoridades y para el sector privado, las cuales servirán para procurar mejores resultados en las fases que siguen. Esta es la primera vez que México, en casi ochenta años, abre la exploración y explotación de hidrocarburos a empresas ajenas al Estado. Todo inicio conlleva un proceso de aprendizaje.

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Los resultados de esta fase, en la que se colocaron dos de los 14 campos petroleros licitados, propiciaron que la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) decidieran modificarlas reglas del juego de cara a impulsar el segundo proceso de licitación que se llevará a cabo a finales de este mes.

El ajuste, anunciado el 4 de agosto de 2015, incluye adecuaciones al balance económico del contrato, flexibilización de las garantías, nuevos montos de cobertura de seguros, entre otros aspectos administrativos y de arbitraje. Por ejemplo, se redujo la garantía petrolera que originalmente requería que el garante (casa matriz) contara con un capital mínimo de USD 6,000 millones para proteger los intereses del Estado en caso de un accidente mayor. Ahora este monto se determina como un múltiplo (18x) del programa mínimo de trabajo de cada contrato. Otro cambio muy importante fue la decisión de dar a conocer los valores mínimos de la participación del Estado en la Utilidad Operativa, los cuales se encuentran en un rango que va del 30% al 36%, para las áreas contractuales de la segunda licitación. Existen modificaciones adicionales a los contratos que se pueden consultar en la página de la CNH.

Adicionalmente, estos ajustes se publicaron el 25 de agosto, basados en las mejores prácticas internacionales en la materia, para otorgar certidumbre jurídica a los operadores y garantizar mayores inversiones para el Estado mexicano.

Sin duda, estos ajustes contribuyen a flexibilizar las condiciones contractuales para la segunda convocatoria, que tiene un atractivo paquete a licitar: contiene contratos para la inmediata explotación de hidrocarburos, pues llevan la certeza de reservas probadas y probables certificadas.

Una segunda licitación con altas expectativas

Pese a que los resultados de la primera fase fueron el blanco de cuestionamientos, las expectativas para esta segunda fase son altas. Se licitarán cinco contratos de extracción con nueve campos en aguas someras frente a las costas de Veracruz y Campeche, con superficies de entre 42 km2 y 68 km2. Las reservas probadas son de 143 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMbpce), las reservas probadas y probables suman 355 MMbpce, y las probadas, probables y posibles son de hasta 671 MMbpce. Se han presentado 36 empresas candidatas, lo que demuestra el grado de interés que ha despertado esta licitación.

En este sentido, el Plan Quinquenal de Licitaciones para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos 2015-2019 será un elemento fundamental para el éxito de la reforma, dado que contiene la propuesta técnica de la CNH, es decir, la planeación para la apertura de los sectores de petróleo y gas. Se trata de una plataforma de despegue para las siguientes convocatorias.

El reto de este plan es estimular la participación de las empresas, aumentar la producción de hidrocarburos, incrementar la tasa de restitución de reservas y tener un mejor conocimiento del subsuelo.

El cambio del mercado eléctrico

Las metas del sector son ambiciosas, de acuerdo con la CFE se esperan generar más de 500 mil empleos en este sexenio así como una colaboración del 1% del PIB para 2018 y para 2025 se plantea generar 2.5 millones de empleos además aportar el 2% del PIB.

Sin embargo, evaluar el éxito de un proceso complejo, que involucra un gran andamiaje jurídico y
ambiciosas metas, con base en sus resultados parciales limita su alcance e impacto a largo plazo. La Ronda Uno es apenas una antesala de un proceso de apertura que se consolidará en un plazo de entre 10 y 15 años.

Más allá de las fluctuaciones coyunturales de los precios del petróleo, la reforma abre oportunidades de negocio para numerosas industrias en el sector así como en las actividades afines y secundarias del mismo. Es un gran momento para que los empresarios e inversionistas busquen información sobre las mejores prácticas para participar en esta etapa de cambio y encontrar sus propias oportunidades de crecer.

A largo plazo, uno de los objetivos de esta apertura energética es recuperar la producción petrolera (anhelar un regreso a 3.4 o incluso 4Mbpce), lo que se traducirá en crecimiento, sustentabilidad y un mayor bienestar para la nación y sus ciudadanos; sin embargo, es un reto que se alcanzará de manera progresiva, lo cual implicará procesos de experimentación y aprendizaje. La marcha apenas comienza.