Mexicana de corazón. Procesos Electroforéticos (Proesa), una empresa con 31 años de trayectoria en Ramos Arizpe, Coahuila, se dedica la aplicación de recubrimientos anticorrosivos para las industrias automotriz y de electrodomésticos.
Con dos plantas, una en Ramos Arizpe y otra más en San Luis Potosí, la compañía, filial de Grupo Protexa, tiene entre sus planes la apertura de su tercera nave industrial en México y la posible instalación de otra más en el extranjero.
Su director general, Raúl Herrera, señaló que esta decisión es resultado del panorama positivo que se vislumbra para la industria automotriz, sector que actualmente ocupa el 75% del total de su producción en las líneas de proceso.

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“Principalmente servimos a la industria automotriz, más del 75% de nuestras ventas están en el mercado automotriz. Y también participamos en el sector de electrodomésticos, pues trabajamos para empresas como Whirpool, Black and Decker y Mabe. Además también participamos en el sector de equipos electrónicos de telecomunicación y gabinetes”, declaró.
De acuerdo con Herrera, Proesa lleva a cabo tres tipos de recubrimientos, el proceso de pintura electroforética (e-coat), aplicación de pintura en polvo (powder coat), así como de pintura líquida o top coat.
En Ramos Arizpe, Proesa tiene tres líneas de proceso, con capacidad total de 80 mil litros de pintura electroforética.


En la planta de San Luis, hay tres líneas de proceso, además de una línea más pequeña en la que se aplica pintura e-coat, con capacidad de 9 mil litros y una línea grande, con capacidad para 40 mil litros de pintura electroforética y una tercera línea para la aplicación manual de pintura líquida.
Herrera informó que apenas este año concluyó la expansión de su planta de San Luis Potosí, donde prácticamente se duplicó el espacio de las bodegas, se instaló una nueva línea de pintura electroforética, así como también se logró la expansión de las áreas para el manejo de los materiales, de recibo, embarques y almacenes.
“En ambas plantas contamos con nuestro propio laboratorio, el cual nos brinda la ventaja de ofrecer a nuestros clientes los servicios para validar que la protección a la corrosión se cumpla”, comentó.


Especializados
Proesa es una empresa enfocada a la aplicación de pintura de más de 6 mil números de parte, entre los que destacan resortes pequeños, hasta pisos completos de camión, costados, cofres de autos, entre otros.
“Actualmente entre las dos plantas estamos procesando más de 200 mil piezas diarias.
Pintamos principalmente piezas ocultas, piezas que son componentes de suspensión, braquetería, soportes, parte interior para lo que es equipo de seguridad, cajas o housings para las bolsas de aire, componentes donde van los cinturones de seguridad y poleas”, dijo el directivo de la compañía en Ramos Arizpe.


La empresa participa dentro de la cadena de suministro como Tier2 y Tier 3 y actualmente es proveedora de compañías como Magna, ISRI y Sanden.
Además, recubre piezas para automotrices como Mazda, BMW, GM, Volkswagen, Mercedes y recientemente obtuvo un contrato con KIA.
Herrera opinó que el panorama en la industria automotriz es positivo y aunque adelantó que su tercera planta será ubicada en México, no dudó que la cuarta esté fuera del país.
“Lo interesante de esto es que nuestros clientes lo están pidiendo, nuestros clientes que son empresas canadienses, europeas, asiáticas, americanas y mexicanas los cuales nos han indicado la necesidad de instalar una de nuestras plantas en Estados Unidos, y por supuesto que nos interesa, y quizá sea para el 2019, año en el que también se abra una cuarta en México, pues vemos un importante crecimiento de la industria y con muy buenas oportunidades”, aseveró.


Pretender ser 4.0
Proesa tiene interés por impulsar la automatización y mecanización de sus naves industriales por lo cual, ya realiza parte de su proceso de esta manera, además, se mantiene en contacto con autoridades locales y federales, así como con cámaras empresariales y clústeres para lograr la modernización de sus procesos.
“El cliente nos entrega las piezas en un contenedor, las cuales son sacadas y subidas a una línea que es como un riel de tintorería, una vez que se cuelga la pieza, todo el proceso es automático. Después de que la pieza sale de dicha línea pintada y fría, hay que descolgarla, empacarla y volver a ponerla en el contenedor, ahí es donde es intensiva nuestra mano de obra,y esa operación es la que estamos buscando mecanizar, para hacerles los procesos menos fatigantes, y asegurar que se cometan menos errores en la identificación de material”, indicó Herrera.