Con la llegada del Presidente Donald Trump al gobierno de Estados Unidos, la política económica mexicana ha quedado vulnerable debido a que las exportaciones industriales de México dependen en su mayoría del mercado estadounidense. Ante la posible disminución de exportaciones a Norteamérica la desaceleración del sector industrial mexicano es probable, así como la disminución de la Inversión Extranjera Directa (IED) y la caída en empleos manufactureros. Sin embargo, la calidad, costos de manufactura y la integración de cadenas de proveeduría del sector industrial mexicano cuentan con ventajas competitivas frente a otros mercados, por lo que las empresas mexicanas deben ver esta coyuntura en la relación comercial con Estados Unidos como una oportunidad para la diversificación de mercados.

›› Rafael López, Socio director de Asia Business Consulting
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Conforme a datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en 2016 las exportaciones mexicanas con mayor volumen de venta del ramo industrial fueron partes y accesorios de automóviles a países armadores de automóviles como Estados Unidos, Alemania, China y Brasil; otro sector con gran participación en las exportaciones mexicanas fue el de manufactura de partes y accesorios de productos eléctricos teniendo como destinos Estados Unidos, Francia, Colombia y Chile.

En 2016 el INEGI señaló que las exportaciones mexicanas del sector de manufactura fueron de más de 336 mil millones de dólares lo que representó una caída del 1.2% respecto al año anterior; del total de exportaciones de manufactura 33.7% corresponden al sector automotriz. Sustentado en las cifras anteriores y en la vocación automotriz que regiones como el Bajío y Norte del país han desarrollado debe existir un aliciente para que las empresas del ramo industrial mexicanas busquen incrementar su participación en otros mercados de exportación distintos a Norteamérica y con fuertes bases productivas como Japón o Alemania.

En el año 2016 la economía mexicana creció 2.3% y se prevé que en este año sólo tenga un crecimiento del 1.5%, ésta disminución se origina debido a la incertidumbre de que exista menor Inversión Extranjera Directa ante las nuevas políticas proteccionistas que la administración Trump ha expresado desde sus inicios.

La industria de manufactura mexicana compite en América directamente con China, fabricante que ofrece bajos costos de producción y fuerza laboral capacitada; sin embargo, México aún cuenta con ventajas competitivas debido a su posición geográfica y al desarrollo continuo de nuevos clústeres especializados en la manufactura de industrias como aeroespacial y automotriz, condiciones que las empresas extranjeras europeas automotrices han ratificado. No obstante, si las condiciones actuales cambian como consecuencia del complejo panorama que representan las políticas proteccionistas de Estados Unidos, tanto el sector industrial de México como inversionistas extranjeros deberán replantear el porqué contar con una instalación productiva en nuestro país.

A pesar de que el resultado de la renegociación del TLCAN aún no es claro, existen otras estrategias proteccionistas que el gobierno estadounidense ha planteado como impuestos directos a la importación de hasta 35%, por ello es necesario que las empresas mexicanas del sector industrial analicen nuevas oportunidades de negocios en regiones potenciales con los que tenemos tratados de libre comercio como Unión Europea, Japón o países de Latinoamérica. La economía mundial no es óptima, por lo que el trabajo de diversificación de las exportaciones va más allá de encontrar un sólo mercado, se debe plantear una nueva estrategia comercial integral considerando Norteamérica solo como una opción más y no como la principal.