Además del reto de reactivar las empresas con las medidas de seguridad necesarias para prevenir contagios de COVID-19, las compañías tienen otra importante tarea por delante: prepararse para la puesta en marcha del Tratado México Estados Unidos Canadá (T-MEC).
EN BREVE/
< El 24 de abril, el representante comercial, Robert Lighthizer, notificó al Congreso que Canadá y México han tomado las medidas necesarias para cumplir con sus compromisos en virtud del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá y que el acuerdo entrará en vigor el 1 de julio de 2020. La entrada en vigor del T-MEC marca el comienzo de un nuevo capítulo histórico para el comercio de América del Norte al apoyar un negocio más equilibrado y recíproco, que conduce a mercados más libres, un comercio más justo y un crecimiento económico robusto en América del Norte. >

El documento, que entrará en vigor a partir del 1 de julio, obliga a las empresas a hacer cambios en material laboral y, para las automotrices, en el porcentaje de proveeduría local, por lo que ya deberían estar trabajando en realizar estas adecuaciones, opinó Jorge Ortega, associate and strategic advisor de Prodensa.


A partir del 1 de julio y durante 2020 la cadena de suministro automotriz entre México, Estados Unidos y Canadá deberá cumplir con el valor de contenido regional, un porcentaje que indica en qué medida se produjo un vehículo con mano de obra e insumos provenientes de alguno de estos tres países, cifra que se ubicará en 66% y subirá de manera paulatina hasta alcanzar el 75% en 2023.



Los vehículos hechos en Norteamérica deberán contar con un mayor porcentaje de piezas fabricadas en la región.
» Los vehículos hechos en Norteamérica deberán contar con un mayor porcentaje de piezas fabricadas en la región.
Actualmente esta cifra es del 62.5 por ciento. Además, el tratado también considera una cláusula de valor de contenido laboral, en la que se detalla que un vehículo debe ser fabricado en plantas cuyos empleados tengan un salario de 16 dólares la hora. En el caso de vehículos ligeros el mínimo solicitado al inicio será de 30% del vehículo, luego 40% en un periodo de tres años, y para vehículos pesados, el porcentaje fijo será desde el principio al 45 por ciento.

“Tenemos que empezar ya, tenemos que definir una estrategia para las reglas de origen, no podemos estar a ciegas esperando a ver que va a pasar, debemos tener muy claro el impacto en la cadena de proveeduría, ver si califica y si no lo hace, estar preparados para pagar impuestos”, expresó Ortega.

Para alcanzar este porcentaje, será necesario redefinir la cadena de valor, explicó, y dijo que industrias como la del acero y aluminio tendrán que buscar empresas locales. Además indicó que se espera la instalación de empresas del acero provenientes de Asia, aunque descartó que éstas aterricen en México.

“No hay acero para cubrir toda la demanda del México. Esa regla la impuso el grupo de acereros de Estados unidos para que se consuma más acero del país vecino, como México no tiene capacidad para producir ciertas calidades de acero y lo tenemos que importar de otros países, eso va a encarecer el producto final. La buena noticia es que muchas acereras tendrán que venir a Norteamérica, desafortunadamente dudo que vengan a México, esto por el costo de la energía. Es decir, no veo que México vaya a ser competitivo en ese sentido en el mediano plazo, lo que venga se instalará en Canadá o Estados Unidos”, comentó.

Reglas laborales


El T-MEC también considera la revisión y auditoría de recursos humanos en empresas de México por parte del gobierno de Estados Unidos y, en este sentido, las empresas deberan hacer cambios en políticas institucionales, tender puentes con los tres niveles de gobierno y convertirse en empresas socialmente responsables.

“Tenemos que prepararnos para la transformación digital, porque estamos en medio de la tormenta perfecta: el relanzamiento de las plantas en Norteamérica está bajo la sombra de la crisis del COVID-19 y es algo que tenemos que tomar en consideración. La recomendación es la siguiente: para enfrentar esto se tienen que revisar cadenas productivas, revisar su cumplimiento con lo que marcan las nuevas reglas de origen, y revisar a fondo el tema laboral, es decir, la manera en la que te adaptas a las cuestiones laborales y de libre asociación”, opinó el especialista.