La confianza de los gobernados en los gobernantes implica, entre otras cosas, una mínima similitud de intereses y de valores entre ambos (gobernantes y gobernados).

»
En las sociedades democráticas, la confianza de los gobernados se sustenta, entre otras cosas, en esa similitud. Aunado a ello, La confianza en las democracias y la desconfianza en los sistemas de Gobierno, no solo se deriva de la lógica de un sistema político determinado. Tiene, también, abundante sustento empírico. Entre ese sustento empírico, destaca el trabajo, el estilo y/o modo de Gobernar que genera credibilidad y confianza en la población gobernada.

Además de la similitud de intereses y de valores, la confianza implica que los gobernados supongan, sepan o crean que el gobierno cumple de manera eficiente y honesta sus responsabilidades. Si los gobernados suponen, saben o creen que el gobierno lo hace así, confía en él, por lo menos en un grado mínimo.

Es natural confiar en alguien que no solo tiene los mismos valores e intereses que uno, sino busca el bien de uno de manera sincera, eficiente y honesta. Por el contrario, también es verdad que nadie confía en alguien que hace mal y es deshonesto.

Desafortunadamente para nadie es un secreto que en Mexico no existe esa confianza en los Gobernantes e Instituciones. Lo menciono a mi pesar y partiendo de la premisa que soy funcionario público y lo que a su vez, eso implica.

Por otro lado a raíz de los diferentes medios y/o mecanismos de comunicación como las redes sociales, puedes ayudar a alimentar esa desconfianza o bien por el contrario, también se puede generar la confianza necesaria en torno a un objetivo determinado y/o personaje.

De la misma forma sucede en temas relacionados a la ausencia de transparencia y corrupción. Hoy en día, estas mismas redes sociales generan rumores que solo pueden ser neutralizados mediante una transparencia y rendición de cuentas. La transparencia aporta mucho a la confianza ciudadana. Son en los medios donde generalmente se crean los rumores y por ende se genera desconfianza principalmente entorno al Gobierno. En el caso concreto de nuestro país, los rumores son generados por esa misma falta de transparencia.

Estoy plenamente convencido que el arte de gobernar debe partir de tomas de decisiones firmes y no basadas en rumores. Pareciera una ironía, pero los rumores y las noticias generadas en los medios de comunicación, permite acceder a la información y obliga la ley a los gobiernos a transparentarse, ya que gran parte de los rumores, viene de no conocer la verdad y de que no se cuenta, ante una hipótesis, con un documento que pruebe y avale los hechos de las instituciones y cuando se pretende acceder a la fuente original, éstas niegan poner a disposición la información.

Hoy en día, el Gobierno mexicano enfrenta una verdadera crisis, ante una clara ausencia de credibilidad. Un gobierno que se enfrenta a una crisis de esta naturaleza debe enfrentarla de manera contundente.

No es nada recomendable que los gobernados no tengan credibilidad y confianza en los gobiernos; no se puede dejar de ver estos problemas; de hecho representan en sí mismos grandes retos que en la actualidad se pueden combatir con la misma tecnología, especialmente el Internet y a su vez pueden ayudar a los gobiernos a atenuar las consecuencias y/o por lo menos disminuir el efecto que trae consigo la falta de confianza de la población.

Para nadie es un secreto que los mexicanos desconfían de sus instituciones políticas y gubernamentales porque muchos consideran que simplemente México, no es un país democrático y a su vez consideran a las instituciones gubernamentales incompetentes y corruptas. Considero que la credibilidad gubernamental en México casi siempre ha sido muy baja y esto es lamentable, no obstante que formo parte de ella.

Las instituciones políticas mexicanas, son vistas desafortunadamente por nosotros los ciudadanos como poco eficaces y poco honestas, como incompetentes por decir lo menos.

La cultura de los mexicanos nos ha mantenido alejados o enemistados con sus autoridades y con sus policías. En México se tienen muy pocas expectativas de que los burócratas y los policías.

En conclusión, no hay que olvidar que la desconfianza que permea en el país no solo recae en la clase política, pues existen otras vertientes que afectan el plano económico, tanto a los consumidores como a los inversionistas. Lo que más preocupa no solo a los mexicanos sino también preocupa a los inversionistas extranjeros es la falta de certidumbre jurídica.

Desafortunadamente los hechos han demostrado que no existe por parte del gobierno un verdadero compromiso con la legalidad. Es necesario e imperante generar una cultura de la legalidad entre nosotros los mexicanos. Dicho en pocas palabras, existe una ausencia de credibilidad en nuestras instituciones…