Desafíos y oportunidades
Según las proyecciones, en promedio, se espera que el 39% de las habilidades actuales de los trabajadores se transformen o se vuelvan obsoletas en los próximos cinco años. Este cambio masivo plantea desafíos considerables tanto a nivel individual, para reinventarse y aprender nuevas competencias, como en lo organizacional, donde se tendrá que lidiar con la adaptación de la fuerza laboral a un entorno tecnológico en constante cambio.
Sin embargo, esta transformación también debe ser vista como una oportunidad. Aquellos que logren adaptarse a estos cambios no solo serán más competitivos, también fortalecerán las competencias esenciales que seguirán siendo relevantes como el pensamiento analítico que se perfila como el más demandado, seguido de cualidades de resiliencia, flexibilidad, agilidad y liderazgo.
El impacto de la automatización en la fuerza laboral
En general, un factor crítico que debe ocupar la atención de las organizaciones tecnológicas, empresariales y operacionales es el impacto que la automatización tendrá en la fuerza laboral. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) estima que hasta el 22% de los puestos de trabajo actuales podrían desaparecer, debido a la automatización y la reestructuración impulsadas por la digitalización y la inteligencia artificial (IA) para 2030. Este fenómeno no es una amenaza lejana, sino una realidad que ya está impactando diversas industrias. De hecho, según una reciente encuesta de Resume Builder, 4 de cada 10 despidos se deben a la sustitución de trabajadores por IA.
Si bien esta pérdida de empleos será contrarrestada por la creación de nuevos puestos relacionados con el avance tecnológico, estos apenas alcanzarán un 7% de los puestos de trabajo actuales, mismos que se reemplazarán por nuevas posiciones laborales.
A ello, se le deberá sumar el desafío entre las habilidades necesarias para los nuevos puestos y las que poseen los trabajadores desplazados, lo que 63% de los encuestados por Resume Builder considera que será una barrera significativa para la transformación empresarial.
Las competencias más demandadas
Las competencias más demandadas serán la gestión de recursos, la programación, la alfabetización tecnológica y, por supuesto, las áreas vinculadas a la ciberseguridad y la IA.
Uno de los sectores que podría experimentar un crecimiento notable es el de la ciberseguridad, ya que, con el incremento de las amenazas digitales, la protección de datos y de sistemas se ha convertido en una prioridad para las organizaciones, independientemente de su tamaño o sector. Los expertos en esta área estarán en alta demanda, no solo para proteger las infraestructuras tecnológicas, sino también para implementar estrategias de prevención y respuesta ante incidentes.
Además, la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos están tomando protagonismo en todos los sectores, desde la manufactura hasta los servicios financieros. Las organizaciones están cada vez más centradas en la automatización de procesos, la mejora de la toma de decisiones mediante el análisis de grandes volúmenes de datos y la personalización de sus productos y servicios mediante algoritmos de IA, lo que ha creado una alta demanda de profesionales en áreas como el desarrollo de software, la ingeniería de inteligencia artificial y la ciencia de datos. De acuerdo con el Future of Jobs Report 2025, dos de cada tres líderes planean contratar personal con habilidades específicas de IA, mientras que 40% espera reducir su fuerza laboral en áreas donde la IA pueda hacerse cargo de tareas repetitivas.
Para que este avance sea inclusivo y no exacerbado por las desigualdades preexistentes, es crucial que los gobiernos y la iniciativa privada trabajen juntos para promover la capacitación continua, la inclusión laboral y el desarrollo de habilidades. Es necesario crear un ecosistema laboral que permita a los trabajadores, aprovechar las oportunidades que la tecnología traerá consigo en la próxima década. Los líderes deben asumir un papel proactivo en la actualización y el desarrollo de las habilidades de su fuerza laboral, invirtiendo en programas de semilleros de talento y capacitación continua que les permitan mantenerse al día con los avances tecnológicos. Si se gestionan adecuadamente, estos cambios pueden ser el catalizador de un crecimiento económico sostenible e inclusivo, en el que la tecnología no sea una barrera, sino una herramienta para avanzar hacia un futuro más equitativo y próspero.
